Hemos dividido a la política de la república Argentina en el
siglo XX, la primera corresponde al periodo que va desde 1880 a 1916 que hemos
de llamar “democrático oligárquico”, luego el periodo que va desde 1916 a 1930 “democrático
popular” sigue el periodo comprendido entre 1930 y 1983 “periodo de
intervenciones militares” y por último “periodo del retorno democrático” de
1983 a la actualidad.
Democrático oligárquico:
El siglo XIX en la Argentina está marcado por las guerras
civiles que ubican en el rosismo al punto de inflexión histórica. Luego de que
termine el régimen rosista se encaró en el país la carrera democrática, que
como todo, se hizo con poca imaginación y respondiendo a intereses sectoriales.
No obstante, el inicio democrático es muy importante.
La historiografía reconoce al inicio de la democracia con lo
que llamamos presidencias liberales, Mitre; Sarmiento y Avellaneda. Sin embrago,
nosotros vamos a interpretar al periodo democrático oligárquico a partir de la
llegada de Roca al poder, 1880. A partir de aquí es cuando un sector de la
población se hace con el poder público para sacar sus beneficios económicos
particulares. La oligarquía terrateniente es aquella que se interesó por
ingresar al mercado mundial como productores agropecuarios aunque esto
signifique una desigualdad social enorme.
Por aquellos tiempos, última parte del siglo XIX, los que
tenían el poder político eran los llamados caudillos y las personas entendían
que así era. Debían alinearse con alguno de ellos, al menos así había sido
siempre según su recuerdo. Por esto es que al establecerse la práctica
democrática la manera de ensayarla fue el acuerdo mutuo entre diferentes
caudillos regionales y los lideres comarcales (caudillitos) que dominaban a los
pobladores de los barrios de aquel entonces. Las personas no entendían de
votar, y un buen día se encontraron teniendo que elegir a un gobierno y no
sabían cómo. Más bien hicieron lo que sabían hacer, encolumnarse debajo de
alguno de sus líderes y defenderlo hasta la muerte. Como el voto era cantado, era muy sencillo
controlar a la población y se estableció el fraude como una forma corriente en
las elecciones.
Ante estas prácticas surgieron grupos que intentaban sanear
los comicios electorales pidiendo el fin de la corrupción y que se realicen elecciones limpias. Así nace
la Unión Cívica que en un momento contó con la participación de Mitre y Alem. Llegan
a hacer la revolución del 90 exigiendo el fin del modelo político (por entonces gobernaba
Juárez Celman). Luego de la ruptura entre Mitre y Alem surge con el liderazgo
del último la UCR (Unión Cívica Radical) para buscar la honestidad en sus líderes
políticos.
De aquí en adelante la UCR será la abanderada de la lucha
por las elecciones limpias. Pero, también dentro del partido oligárquico conducido
por Roca (el PAN) se iba gestando un grupo de jóvenes que entendían que para
que la población sea dinámica y comprometida debía participar de las elecciones
y para que eso suceda debía haber un cambio electoral. Estos jóvenes del PAN se
hacían llamar los modernistas, uno de sus líderes fue Roque Sáenz Peña que
gobernó la república a partir de 1910. Es en este momento en el cual los líderes
de estas dos fuerzas se entrevistan y pactan la reforma electoral para que las
mismas sean secretas, obligatorias y por sobre todo limpias. Esto se llevo a
cabo en 1912 bajo el nombre de ley Sáenz Peña, gracias a ella la república tuvo
el primer presidente elegido realmente por la voluntad popular en 1916,
Hipólito Yrigoyen.
Democrático popular:
Es uno de los periodos más controversiales de la historia. Sabemos
que por aquellos días se intensificaron las huelgas y existen al menos dos que
son las más emblemáticas ( semana trágica y Patagonia trágica) en donde la
represión contra los obreros fue rotunda. No cabe duda de que fueron masacres. De
todas formas, debemos pensar en por qué ocurrieron aquí y no antes. Yrigoyen es
el primer presidente en recibir y darle entidad negociadora a la clase obrera y
permite su expresión entendiendo las necesidades. Sin embargo, la fuerza de la
oligarquía era muy fuerte, lo vemos por ejemplo en la creación de la “liga patriótica”
de Manuel Carlés, que fue creada para hacer escarmentar a esos obreros. La presión
que Yrigoyen, en minoría en las cámaras y en desventaja en los gobiernos
regionales, resistió se vio sobre pasada en estos acontecimientos dando paso a
estos desmanes propios de la oligarquía que sabía mantener su poder mediante la
fuerza. Los grupos anarquistas y socialistas fueron los más perjudicados.
Estos partidos fueron tomando más protagonismo con los
herederos de Juan B. Justo, como Palacios entre otros.
Las reformas que se implementan durante esta experiencia
popular son significativas, ya que los obreros entran en lucha siendo que la
expresión fue mayor. Las políticas públicas son saneadas, y se realizan reformas
para la renovación de la república como la universitaria que años después permitirá
que las universidades argentinas sean de las mejores del globo.
El periodo yrigoyenistas arroja saldos dispares, pero sin
duda fue un gobierno férreo que impuso una nueva forma de entender a la
población y logró que las clases populares ingresaran al poder despojando a la
oligarquía de la exclusividad de la misma.
En 1922, llega al
poder Marcelo Alvear. Podemos ver en la proposición de la candidatura de él, la
intención de aunar las fuerzas entre el radicalismo y los sectores más
democráticos de lo que años anteriores fue el PAN. Se creyó que Alvear sería
más fácil de dominar. Esto no fue así, y trajo como consecuencia la ruptura de
la UCR entre personalistas (yrigoyenistas) y anti personalistas (anti
yrigoyenistas). Aquellos que se sentían más populares se inclinaron al
yrigoyenismo, poniendo en la vereda de enfrente a aquellos que se entendían
mejor con Alvear.
Debemos tener en cuenta que en aquellos años, en Europa se
establecían los gobiernos totalitarios de Mussolini en Italia y el de Stalin en
la URSS. La oligarquía entendía como enemigos a los comunistas (los rojos). Por
otra parte el nacionalismo venía ganando adherentes en el ejército y grandes
sectores oligárquicos. Entonces la figura de Mussolini no era algo negativo (
recordemos que la cantidad de europeos en la Argentina era muy grande desde la
inmigración y Mussolini todavía no había cometido los horrores de la segunda
guerra mundial). Por otro lado, en EEUU se vivió durante la década del 20 un esplendor
nunca visto hasta el momento que habría de terminar con la crisis del 29,
arrastrando a todo el mundo capitalista.
Este era el estado de las cosas cuando termina el gobierno
de Alvear y ganó nuevamente Yrigoyen en 1928. Cuando estalla la crisis internacional
y golpea a la Argentina, el presidente Yrigoyen estaba a punto de garantizar
mejoras petrolíferas para YPF, en detrimento de las petroleras extranjeras. Como
sabemos bien, para que se dé una explosión social la situación económica debe
ser negativa y así sucedió.
Un sector del pueblo no entendió el por qué de la crisis y
retiró el apoyo al presidente, en ese momento la oligarquía pegó el zarpazo
para hacerse con el poder, cosa que no pudo hacer desde la llegada del
radicalismo. Entonces el 6 de septiembre de 1930 se produce el primer golpe de
estado en la Argentina a manos del General del ejército Uriburu.
Recordemos
que la población no tomó como un escándalo este episodio ya que la situación
económica a nivel mundial era pésima y países como Italia lograban pasar más o
menos de pié gracias al intervencionismo estatal y como en ese país habían
llegado, al poder, los fascistas con un golpe de estado… cuando Uriburu utilizó
una metodología similar no se lo vio como algo extraño, más bien fue moderno y
actualizado, mal que nos pese
Prof. Pablo Splawski