martes, 22 de mayo de 2012

Áreas de la industria en EEUU que determinaron su crecimiento en la década de 1920.


En la década del 20 EEUU vivía una expansión económica formidable, basada principalmente en la situación de posguerra que beneficiaba al país americano. Si bien es cierto que esta misma situación de posguerra complicaba la comercialización con Alemania, no debemos perder de vista que la situación, de este último, era vital en el planeamiento económico de EEUU y los países centrales europeos, como Francia e Inglaterra. Ya que según se dispuso en la paz de Versalles los pagos de la vencida Alemania serían el motor que reactivaría  alas potencias ganadoras afrontando los gastos de recuperación, contraídos con EEUU, de Inglaterra y Francia.
Recordemos que EEUU por su extensión y condiciones, en 1920, producía más de lo que podía consumir. Esto beneficiaba las exportaciones, y prácticamente no había cosa que debiera importar. La situación internacional favorecía a la economía norteamericana y los hombres de negocios comenzaban a ganar posiciones relevantes dentro de la política interna del estado. Un ejemplo de ello son los impuestos con los que se gravaron a las importaciones, que según la bibliografía consultada, no tenían rezón económica si no más bien política, siendo espacio conquistado por estos hombres que encarnaban la nueva elite económica productiva y financiera.
Uno de los factores del crecimiento industrial fue la implementación de la cadena de montaje. Debemos aclarar que esta misma no se podría haber aplicado en caso que la demanda de productos sea escasa o insuficiente. Este es el punto más importante, tal vez, siendo que la población norteamericana demandaba productos o se encontraba con una cierta predisposición al consumo.
Entonces cuando Ford masivizó el uso de la cadena de montaje no fue tan revolucionario como la implantación de pagar 5 dólares por  hora a sus empleados, cuando el mercado laboral pagaba mucho menos. Esto ayuda a incrementar el consumo y consecuentemente la producción. Además la industria automotriz en conjunto con el incremento del uso de energía fueron el motor del crecimiento. Estas dos actividades incrementaban el consumo, por ser novedosas, y sobre todo generaban industrias complementarias con sus consecuencias beneficiosas para la economía interna estimulando el gasto y consecuentemente la producción general. Entonces, el mercado se incrementaba. Pero Ford tuvo una mirada excepcional al integrar el mercado de consumo automovilístico al sector rural que hasta el momento se mantenía relativamente al margen. Así revoluciona el mercado con el modelo “T”.
En definitiva el motor de la industria fue la automotriz que en conjunto con otras suplementarias dieron un empuje sin precedentes a la economía. A su vez, la población contribuyó absorbiendo el excedente producido ya que, como vimos, por razones culturales o anteriores se encontraba predispuesto al consumo.

                                                                                                 
                                                                                                     Prof. Pablo Splawski.





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