Sabemos que en la edad feudal el poder era constantemente debatido entre
el poder temporal y el poder espiritual. Es decir, el papa o el emperador.
Con las monarquías absolutas esto queda sin vigencia, ya que el
verdadero dueño del poder va a ser finalmente el monarca, esto no implica que
la iglesia perdiera su poder. Es más, el papado va a apoyar el poder de los
monarcas. El caso de que se haya implantado como una situación de hecho, no
impidió que se encontrara una legitimación a las nuevas monarquías que se irían
imponiendo en la Europa del siglo XVI. Esta legitimación vendría del derecho
romano que, dividido en dos, regula la vida civil (jus) y el que le da el marco
regulador al sector público (lex).
El hecho de que se establezcan estos marcos de derecho igualitarios, de
alguna forma, abrió las puertas para el ingreso a la regulación del comercio y
demás actividades compatibles. Esto es
de vital importancia, para el desarrollo económico de los nuevos estados
absolutistas.
Estos gobiernos absolutos, lejos de ser un regulador entre la burguesía
y la nobleza fueron más bien un modo de contener o dominar al tercer estado o
más bien al campesinado. Este estado llano, entro dentro de los límites que
imponía este nuevo modelo dándole autoridad reguladora al monarca pues ya no
existía nadie con más autoridad que este. Debía mantener el orden feudal, y es
por esto que el historiador Anderson, P. nos indica que el estado absolutista
es “el caparazón político de una nobleza amenazada”. Explico; siendo que el
poder feudal había disminuido con la desaparición de la servidumbre, se
necesitaba de forma imperiosa un modelo que imponga estas estructuras sociales
y mantenga los privilegios a los cuales
se estaban acostumbrados y creían ser firmemente merecedores.
No es menos importante tener en cuenta que con el inicio de los
gobiernos absolutos se supero la gran crisis del siglo XIV. Los nuevos avances
tecnológicos, la circulación de mayor cantidad de metálico, la nueva
disposición de la tierra. Llevaron a la tendencia cada vez más acentuada de un
gobierno nacional y centralizado.
Debemos tener en cuenta que los gobiernos absolutos se dieron de forma
simultanea en Europa occidental, como ser Luis XVI, los reyes católicos Isabel
y Fernando y Maximiliano en Austria. Su intención primaria era el
reagrupamiento feudal, para la conservación de los privilegios en detrimento
del campesinado, el cual ya no sufría oficialmente la servidumbre. Sin embargo,
dentro de este contexto se hacía paso una nueva fuerza social, política y sobre
todo económica que conoceremos como burguesía. Que, como se ha dicho
anteriormente, no era la beneficiaria directa, ni mucho menos, del nuevo
régimen de monarquías absolutistas.
Prof. Pablo Splawski.
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