martes, 22 de mayo de 2012

Transformaciones generales en el estado en la década del 90.



La década del 90 en la república argentina contiene una ambigüedad particular siendo que ha logrado unir un determinado crecimiento económico con estabilidad como nunca habían visto los argentinos. Ahora, si esto se lleva a cabo mediante el endeudamiento externo e interno, la venta de los activos nacionales y el crecimiento de la desocupación y la subocupación,  además de la pobreza. Es evidente que no se transita el camino adecuado.
La metamorfosis que sufrió el ideario político del doctor Menem, es propio de una novela de ciencia ficción del hombre con aspecto de caudillo riojano que pregonaba por  cuestiones a fin a la doctrina peronista como el salariazo o la revolución productiva. Pasó a ser, tal vez, el tecnócrata neoliberal más grande que gobernara la Argentina.
En palabras de Ricardo Sidícaro “ el gobierno de Menem llevó adelante una gran ruptura con la tradición peronista” esto se explica con la situación clave que hace de columna vertebral a la problemática.
Para darle inicio al nuevo orden económico el neoliberalismo debía interceder sobre las cuestiones que soportaban lo que quedaba del Estado de bienestar. Para lo cual se debía terminar rápidamente con la intervención del Estado y atraer a las IED. En nuestra república sucedía que los trabajadores sindicalizados, en su mayoría, eran de tendencia peronista por afinidad histórica siendo que el peronismo se inicia y mantiene un fuerte bastión de resistencia en las fábricas. Esas ventajas obtenidas durante los años peronistas, que fueron ampliadas en otros gobiernos, hacían del sindicalismo y la masa obrera un foco de poder muy importante.
De acuerdo con esto, quien quisiera implementar el neoliberalismo debería disciplinar al sindicalismo y sus representados. Este plan lo comenzó con furia el proceso de reorganización nacional, pero fue llevado hasta las últimas consecuencias por el menemismo. Es paradógico que quien le dé la estocada final al modelo que profundizó Perón haya sido un peronista.
 La apertura de la economía, la desregularización y las privatizaciones fueron los primeros pasos. Con estas medidas se benefició a los inversionistas extranjeros. El modelo neoliberal se llevó más hacia la ortodoxia con la asunción del ministro Cavallo. En esta etapa se desarrolló el plan de convertibilidad necesario para darle el respaldo y la credibilidad internacional necesaria al sistema cambiario argentino que encontraba en franca decadencia siendo que una de las políticas monetarias más comunes, en los momentos difíciles, es la emisión. Este modelo dejó a la república solamente con la opción del endeudamiento. Y que no se podía emitir sin aumentar las reservas siendo que esto afectaría la paridad. Dejaría ser uno a uno.
Cuando había necesidad imperiosa de emitir dinero la Argentina debía recurrir al endeudamiento que luego del tequilazo disminuyeron notablemente y cuando se lograban eran a tasas muy altas. Esto nos dejó en una situación de vulnerabilidad ante los organismos internacionales. Puesto que a más endeudamiento, más se pierde la autonomía.
  Además el Estado que se encuentra altamente endeudado no puede hacer frente  a momentos de recesión, por ejemplo, aumentando el gasto para generar consumo o mayor recaudación para controlar el crecimiento.
 Se entabló, también, un nuevo polo de poder : los inversionistas extranjeros respaldados por sus países. Las privatizaciones, mercados protegidos, flujos descontrolados de capitales financieros. Fueron sus armas contra la antigua clase dominante que ahora se veía en una corta retirada. Aunque no en su totalidad. 


                                                                                                                Prof. Pablo Splawski.



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