El capitalismo es un modelo económico y social que desde el
siglo XVIII tomó un especial protagonismo en la humanidad. Su comienzo fue
revolucionario, la doctrina política que lo acompaño fue el liberalismo. En esta se expresan ideas de libertades humanas de todo tipo;
prensa, políticas, comerciales, como desde luego la libertad de todos los
hombres y mujeres del mundo. A medida que la sociedad feudal se iba quebrando,
la sociedad liberal iba ganando espacio y su poder fundamental fue el mercado protagonizado
por el bien de cambio.
Estas libertades que
garantizaban a los emprendedores grandes ganancias, fueron protagonizadas por
una nueva clase social que se estableció en la cúspide de la sociedad
industrial que dominaban estos hombres liberales. Entonces, el capitalismo liberal
que podríamos sintetizar en una expresión económica y política que promueve las
libertades de acción económicas políticas y sociales. A medida que enriquecía
hombres de negocios permitía que estos pongan en situación de esclavitud a
otros. Comúnmente aquellos que trabajaban en las fábricas. En el siglo XIX, el
capitalismo liberal tuvo su momento de expansión cuando las grandes potencias
intentaron colonizar aquellos terrenos que no habían sido europeizados. Sobre todo
sectores de África y Asia. En América, la situación fue distinta ya que la
colonización se dio en un sentido informal o “económico”. Pero aun así, por
aquellos días el liberalismo (expresión político-económica del capitalismo) se
veía como una posibilidad de salir del atraso colonial que nos había sido
impuesto durante el dominio español. Personajes como Mariano Moreno o el mismo
Manuel Belgrano fueron adherentes a las
ideas liberales. El capitalismo liberal parecía ser una buena alternativa en
América.
Sin embrago, sucedió que los grupos de poder que se
establecieron en el mismo gracias a las ganancias que les proporcionó el nuevo
sistema económico, dominaron los sectores de influencia logrando la mayor
rentabilidad a costa del sudor de aquellos que no poseían un capital escaso. Recordemos
que según Smith, la ley que mueve al capitalismo es “la oferta y la demanda” y que aquello que más valor tiene es lo que
se encuentra en volúmenes reducidos (escaso) siendo que hay menos y se lo
requiere más de lo que se puede conseguir. Entonces, analizando, que todas las
personas tienen algo para ofrecer al mercado: algunos sus bienes capitales
(dinero, terrenos, inmuebles, etc) otros sus bienes intelectuales (aquellos que
se encuentran preparados intelectualmente para desarrollar una tarea que otros
no pueden por no contar con el conocimiento) y aquellos que no poseen alguno de
estos ofrecerían su fuerza de trabajo. Esto que en teoría no suena tan mal, en la
práctica resultó desastroso. La pobreza se distribuyó por todo el mundo que
había sido colonizado, fueron oprimidos los pueblos originarios de estos
sectores y los beneficios se acumularon en las arcas de aquellas personas que
controlaban los hilos del capitalismo. Estas desigualdades sociales trajeron
como consecuencias que diversos grupos activistas desarrollaran nuevas
ideologías que sirvan de opción para terminar con el modelo capitalista que
lejos de llevar la libertad al mundo había llevado el imperialismo que oprimía cada
vez más a los pueblos menos desarrollados y que garantizaba las desigualdades
sociales a favor de un grupo minúsculo en cada una de las sociedades. Entonces,
de aquel capitalismo liberal que había nacido como una opción de libertad ya no
quedaba nada en lo absoluto. Es así como a inicios del siglo XX el capitalismo
liberal es una doctrina oligárquica que desea conservar el régimen tal cual y
como está ya que el statu quo, le proporciona el poder necesario. De ahí el término
“conservador” para quien desea mantener el capitalismo inalterado.
Prof. Pablo Splawski
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