sábado, 11 de mayo de 2013

La supremacía militar, el peronismo y la democracia = empate técnico.


Con la caída del peronismo se estableció la supremacía militar con la cual se llevó adelante un período de larga crisis institucional en la que los militares fueron el factor de poder más importante. Los gobiernos democráticos que existieron en este período fueron, en realidad, una excusa para legitimar internacionalmente una institucionalidad que permita, entre otras cosas, generar confianza para atraer inversiones.
Lo cierto es que durante este lapso de tiempo el partido peronista, muy convocante, estaba proscripto. Sus seguidores se van a ir dividiendo en ramas de origen y a su vez de acuerdo a diferentes estrategias. El peronismo fue muy fuerte en las fábricas, tenía un predicamento muy fuerte en un sector amplio de los jóvenes que lograron penetrar en diversos sectores en los cuales la hostilidad al movimiento era moneda corriente. Uno de esos sectores fue la iglesia. El movimiento de los curas del  tercer mundo, va a ser captando en gran medida por el espíritu de estos jóvenes peronistas.
Los sindicatos, eran el bastión de la resistencia peronista. Sin embrago, a mediados de la década del 60, surgió la una nueva línea dentro del movimiento que planteaba el “peronismo sin Perón” su líder era el sindicalista Augusto Timoteo Vandor. Este experimento no va obtener los resultados esperados, y más aún cuando Vandor apoya a la dictadura de Onganía. La estrategia vandorista dividió a los sindicalistas entre los que planteaban el peronismo sin Perón y aquellos que deseaban la vuelta del líder en el exilio.
Lejos de estos líderes históricos del peronismo. Estaba la juventud Peronista (en adelante  JP). Por definición toda juventud es rebelde y revolucionaria. Las medidas que van a impregnarse en este sector del movimiento son las de la lucha armada. Innumerables grupos surgieron en esta tendencia; el MNRT, FAP, FARP. Aunque sin ninguna duda la más importante de todas, y que termina nucleando a las demás es MONTONEROS. Iniciados en el 70  esta organización para militar realizó secuestros extorsivos, asesinatos y atentados con la intención de financiarse y fundamentalmente lograr el anhelo de la masa peronista: la vuelta del “viejo” (Perón). El asesinato del dictador Aramburu fue obra de MONTONEROS y de esa manera irrumpieron en la actividad pública.
El sector tradicional del peronismo en los sindicatos había desplazado al vandorismo. El sindicalismo justicialista, que también se nucleaba con organizaciones paramilitares, no logró nunca una unión con la JP. Esa diferencia se fue marcando cada vez más a través de los años. Hasta diferenciarse tanto que ambos no se reconocían en el mismo movimiento.
Perón, por su parte alentaba a todos los sectores que le juraran lealtad. “la vida por Perón” era el lema que repetían estas personas que mantuvieron viva la llama del movimiento mientras su líder no encontraba la forma de regresar. Este estimulaba todo tipo de acción que debilitara a quien este gobernando, desde las huelgas pacíficas hasta los atentados provocados por las organizaciones que hacían llamarse Guerrilleras. Sin embargo, aclaro, la guerrilla tenía un componente extraño al peronismo. Estos eran el ERP, de orientación guevarista, luchaban con métodos violentos para lograr un estado comunista basándose en la experiencia de la revolución cubana de Fidel Castro.
Por otro lado seguían los partidos demócratas, este sector estaba encabezado por la UCR, que seguía su intento de gobernar de acuerdo a las leyes establecidas en la constitución. Es muy honorable el intento del presidente Illia.  Sin embargo, en esos días la argentina vivía una época de violencia extrema fogoneada por la disponibilidad de armas que gracias a la guerra fría disponía todo el tercer mundo. Para hacerle frente a esos grupos que se organizaban mediante las armas, estaban los militares.
Las fuerzas armadas (en adelante FFAA) eran el grupo de mayor peso, y por lo tanto gobernó de hecho durante este periodo. Desde el 55 hasta el 83 las FFAA tuvieron el poder efectivo independientemente de quien este en el poder.
Como verás, existían tres grandes grupos de poder; las FFAA, el peronismo (con sus divisiones internas) y los partidos políticos democráticos. A  este periodo lo entenderemos  como el “empate” ya que ninguno de estos polos de poder logra imponerse de forma duradera sobre los otros. Estos años de pulseadas son los que van a determinar la violencia extrema que lleva a la argentina a uno de los años más duros de nuestra historia. La guerra entre compatriotas llega a un extremo jamás pensado a partir de la muerte de Perón en el 74. Si en el ambiente argentino ya había olor a sangre, a partir de aquí, será nauseabundo.

                                                                                             Pablo Splawski

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